La autora

Cassandra Clare nació en Irán y pasó sus primeros años viajando por el mundo con su familia y varios baúles llenos de libros de fantasía, entre los que se contaban las senes de Las crónicas de Narnia y Los seis signos de la luz. Más tarde, trabajó como periodista en Los Ángeles y Nueva York, donde reside actualmente.

¿De dónde sacaste la idea para la novela?
De una tienda de tatuajes donde trabajaba una amiga. Tenían una “tradición” en la que los empleados debían dejar su imprenta por todo el establecimiento: hundían el calzado en pintura y dejaban sus pisadas en el suelo, las paredes y el techo. En ese momento me pareció como si una batalla sobrenatural hubiera tenido lugar allí, con gente corriendo por las paredes y el techo. Empecé a trabajar en un libro que se centraba en la magia a través de los tatuajes.

¿Por qué la dirigiste al público joven, y no al adulto?
No pensé en la novela como una novela para adolescentes, pero resulta que los personajes tienen esa edad. Recuerdo que un editor me pidió que cambiara la edad de los personajes, que los convirtiera en adultos... pensé que no funcionaría, porque quería explicar una historia en la que los personajes se encontraran en un momento crucial en su vida, y ese momento se da durante el paso de la adolescencia a la madurez.

Al surgirte la idea para el argumento, ¿ya sabías que se trataría de una trilogía?
Tenía una idea para una trilogía que venía influenciada por La Divina Comedia. De hecho, si te fijas en los títulos de cada parte de Ciudad de Hueso, todos llevan la palabra “descenso”. En City of Ashes, el tema es el infierno. La estructura es, pues: descenso, infierno, ascenso; ya que es el viaje del héroe al infierno y su posterior salida de él. Por eso me lo imaginé como una trilogía, como tres partes.

Parece que en City of Bones aparecen todas las criaturas fantásticas o supernaturales imaginables. ¿Te documentaste sobre ellas?
Sí, y me lo pasé pipa. Leí toda clase de textos sobre ángeles caídos y demonios, folklore popular y mitos sobre hadas y otros... Descubrí que cada cultura tiene su mito sobre los demonios o espíritus malignos.